No son solo frutas, verduras y legumbres que hacen bien a la salud. Ellas son pequeñas y inofensivas, mas la verdad, es que si adequadamente consumidas, tienen un valor inestimable para el buen funcionamiento del organismo. Sí, hablo de ellas, las oleaginosas. De esta familia hacen parte semillas como: avellana, maní, pistache, almendra, castaña del Pará, castaña del cajú, etc… Livianas y no perecibles, la categoria presenta gran quantidad de vitaminas y en algunos casos, proteínas y fibras, sin mencionar de sus gorduras poli-insaturadas que contribuyen para la fortificación del organismo. Son las llamadas “gorduras del bien”.

Para la salud:

 Estudios muestran que el consumo de oleaginosas traen diversos beneficios a la salud. Podemos citar algunos: reducción de la incidencia de dolencias del corazón, de diabetes (tipo 2), colesterol y de procesos inflamatorios de la presión arterial. También los fitoquímicos presentes en estos alimentos disminuyen los riesgos de algunos tipos de cáncer como los de “mama, próstata, colon, esófago, estómago y recto” como destaca Monica Spinelli, nutróloga de la Universidad Presbiteriana Mackenzie, en entrevista concedida a la revista del laboratorio Delboni Auriemo.

Vale recordar que no se debe consumir estas semillas en grandes cantidades, pues engordan. Para tener una idea, la castaña del pará, por ejemplo, puede contener cerca de 660 calorias en apenas 100g. Según la American Heart Association, la ingestión diaria recomendada es de 30g. Una buena pista es llevar “las pequenãs” separadas en bolsitas en el bolsillo, así tú tendrás alimento donde estuvieras.

Donde consumir:

 Buenas opciones para consumir oleaginosas son yogurt, en tortas y hasta solas. Destacando que cada una de ellas son ricas en nutrientes diferentes. Por eso, es recomendable consumir varios tipos.

Como puedes constatar las pequeñitas son fuertes y poderosas. Quieres sentirte así? Entonces experimente.

Hasta siempre, Gigi.